Cuando se habla de los beneficios del karate en los niños, se comenta a nivel físico y de motricidad fina y gruesa; también se sabe que aumenta la flexibilidad y fortalece los músculos. Pero ¿Qué es lo que buscan los padres de familia en cuanto a su formación social y emocional?
Un niño que inicia karate a los 7 años comienza a adquirir habilidades físicas que serán de gran ayuda en el ámbito escolar. En esta ocasión queremos contarles acerca de los beneficios a nivel psicológico que tienen un gran peso a la hora de inscribir a nuestros hijos en clases de karate, no solo por su desarrollo motriz, sino por su desarrollo mental:
Auto confianza
Muchos niños comienzan su práctica sintiéndose inseguros porque creen que será difícil. Tal vez ellos imaginan que deben actuar como en las películas de artes marciales, pero con algunos días de práctica se dan cuenta de que son capaces de trabajar junto a sus compañeros más avanzados y así descubren su fuerza interior. Además, siempre encuentran el apoyo de los que llevan más tiempo y de sus instructores.
Concentración
En karate ara niños en edad preescolar se refuerza la idea de que cada ejercicio debe concluirse completamente antes de pasar al siguiente. Entrenamos con la idea de perfeccionar cada técnica. Por eso nos esforzamos para que los niños completen cada ejercicio de inicio a fin y como recompensa podrán hacer cosas cada vez más difíciles.
Valores
Dentro de nuestras clases de karate para niños siempre hay tiempo para transmitir la importancia del respeto, la perseverancia, la cortesía y aspectos como la limpieza del uniforme, su buen uso y el respeto por el Dojo que es nuestro lugar de práctica.
Metas
Tener metas claras y alcanzarlas es motivante para todas las personas. Practicando karate los niños programan sus propios objetivos a través de la motivación del cambio de cinturón, lo mejor es que ellos mismos pueden observar sus resultados cada vez que aprenden una técnica nueva.
Ven sin compromiso a una clase de demostración
Todo lo que siempre has deseado está un poco más allá del miedo.
— George Addair—